Formación obligatoria 20 horas

20 horas anuales de formación obligatoria para los trabajadores

La Obligación de Formar a los Trabajadores en España

 

La legislación laboral española establece la obligación de las empresas de proporcionar formación a sus empleados. Este mandato se fundamenta en la necesidad de actualizar los conocimientos y habilidades de los trabajadores, así como en la mejora continua de los procesos productivos y la seguridad en el trabajo.

 

¿Cuántas horas de formación son obligatorias?

 

El Estatuto de los Trabajadores establece un mínimo de 20 horas anuales de formación para cada trabajador. Estas horas son acumulables durante un máximo de 5 años, lo que significa que un trabajador puede acumular hasta 100 horas de formación.

 

Formación incompany

¿Qué tipo de formación es obligatoria?

 

La formación obligatoria debe estar vinculada a la actividad profesional del trabajador y a las necesidades de la empresa. Algunos ejemplos de formación obligatoria incluyen:

 

  • Prevención de riesgos laborales (PRL): Es la formación más común y obligatoria para todos los trabajadores.
  • Manipulación de alimentos: Para aquellos que trabajan en contacto directo con alimentos.
  • Protección de datos: Para quienes manejan datos personales en su trabajo.
  • Igualdad de género: Para prevenir y erradicar la violencia de género en el ámbito laboral.

 

Además de las formaciones ya mencionadas, es crucial considerar que la legislación laboral y sectorial impone otras obligaciones formativas a las empresas.

 

Estas incluyen la formación en ciberseguridad, esencial en la era digital para proteger datos sensibles; la formación en primeros auxilios, vital en sectores de alto riesgo como la construcción; y la formación en normativa sectorial específica, que varía según la actividad de la empresa, abarcando desde el manejo de maquinaria pesada hasta protocolos sanitarios.

 

Asimismo, la formación en prevención del blanqueo de capitales PBC es obligatoria para entidades financieras y sectores afines, mientras que la figura del Compliance Officer, aunque no siempre obligatoria, es cada vez más necesaria.

 

Adicionalmente, la formación en prevención integral contra las violencias sexuales será obligatoria en 2025, junto con la formación en sostenibilidad y economía circular para sectores industriales.

 

La digitalización y las nuevas tecnologías también exigen formación específica, especialmente en sectores como la banca y la educación. Es fundamental que las empresas se mantengan actualizadas sobre estas obligaciones, ya que varían según la legislación local y sectorial, y consulten con expertos para garantizar su cumplimiento.

 

Aprendizaje

¿Quién debe impartir la formación?

 

Es crucial que la formación, ya sea proporcionada internamente o por expertos externos, sea de calidad y que el formador posea las cualificaciones necesarias. Existen múltiples modalidades de formación para adaptarse a las necesidades de cada empresa.

 

La elección de la modalidad de formación ideal debe basarse en un análisis exhaustivo de las necesidades específicas de la empresa y sus empleados. Desde talleres presenciales que fomentan la interacción directa y el aprendizaje colaborativo, hasta plataformas en línea que ofrecen flexibilidad y acceso a recursos actualizados, la variedad es amplia.

 

La clave radica en seleccionar aquella modalidad que mejor se alinee con los objetivos de aprendizaje, el presupuesto disponible y las preferencias de los participantes, garantizando así una experiencia formativa enriquecedora y efectiva.

 

Además de la modalidad y la cualificación del formador, el contenido de la formación debe ser relevante, actualizado y aplicable a las tareas y desafíos del día a día laboral.

 

Es fundamental que los participantes puedan traducir los conocimientos adquiridos en mejoras tangibles en su desempeño y productividad. La evaluación continua de la formación, tanto durante como después de su impartición, permitirá medir su impacto y realizar ajustes para asegurar que se cumplan los objetivos establecidos y se maximice el retorno de la inversión en formación.

 

¿Qué pasaría si la empresa no cumple?

 

El incumplimiento de la obligación de formación puede acarrear sanciones administrativas y penales para la empresa. Además, los trabajadores pueden reclamar sus derechos ante la Inspección de Trabajo.

 

Crédito

Beneficios de la formación para la empresa y los trabajadores

 

  • Los trabajadores formados son más eficientes y productivos, capaces de adaptarse mejor a los cambios.

 

  • Reducción de la siniestralidad: La formación en prevención de riesgos laborales disminuye el número de accidentes laborales.

 

  • Una empresa que invierte en formación demuestra su compromiso con el desarrollo de sus empleados, mejorando la imagen de la empresa.

 

  • Los trabajadores valoran positivamente las oportunidades de formación y gozan de una mayor satisfacción laboral.

 

Como vemos, la formación es una inversión que beneficia tanto a las empresas como a los trabajadores. Al cumplir con la normativa vigente, las empresas garantizan un ambiente de trabajo más seguro y productivo, y los trabajadores tienen la oportunidad de desarrollar sus competencias y mejorar su empleabilidad.

 

Además de los aspectos ya mencionados, es importante destacar que la formación obligatoria en España no solo busca cumplir con un requisito legal, sino también fomentar la competitividad empresarial en un mercado globalizado.

 

La digitalización y las nuevas tecnologías han transformado los entornos laborales, haciendo indispensable que las empresas capaciten a sus empleados en competencias digitales, inteligencia artificial o gestión de herramientas colaborativas.

 

Asimismo, la formación en sostenibilidad y responsabilidad social corporativa (RSC) está ganando relevancia, especialmente en sectores con alto impacto ambiental. Otro punto clave es la adaptación de la formación a colectivos vulnerables, como personas con discapacidad o mayores de 45 años, para garantizar su inclusión laboral.

 

Formación empresarial

También conviene mencionar que las pymes, debido a sus limitaciones económicas, pueden acceder a bonificaciones públicas a través de la Fundación Estatal para la Formación en el Empleo (Fundae), que cubren parcial o totalmente los costes.

 

Por otro lado, la pandemia aceleró la adopción de modalidades formativas mixtas (presencial y online), lo que plantea desafíos en la evaluación de la calidad y la participación efectiva de los trabajadores.

 

Finalmente, cabe preguntarse cómo se verifica el cumplimiento de estas horas: las empresas deben documentar cada acción formativa y conservar los certificados, ya que la Inspección de Trabajo puede solicitarlos en cualquier momento.

 

En definitiva, la formación continua es un pilar estratégico que, más allá de evitar sanciones, impulsa la innovación, retiene el talento y prepara a las organizaciones para los retos futuros.

 

Estrella Herranz Directora de Consultoría de Formación

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📄 Nota: La información proporcionada aquí tiene carácter general y no sustituye el asesoramiento legal específico. Es recomendable consultar con un experto en derecho laboral para obtener información más detallada y adaptada a cada caso particular.

 

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